sábado, 10 de agosto de 2013

Calor y otros días de agosto.

Dicen que el mejor fue el que pasó hace 2 años... Pues he de decir que éste está dándole un millón de vueltas al verano del 2011 y la prueba es que se está esfumando a la velocidad de la luz.

La perspectiva actual es clave para entenderlo (me encanta darle una explicación a todo).
A día de hoy aprecio cada acontecimiento y soy incapaz de poner mala cara alguna. Disfruto de cada momento como si fuera el último.

Y ahora, aprovechándome un poco de la locuacidad, voy a poner en mi boca una crítica a aquellos que no consideren importante una visión positiva del "no hacer nada".

"No hacer nada", es hacer algo. No, mejor dicho, "no hacer nada" es hacer todo.

Agosto, ese mes tan ansiado desde mayo o incluso antes. Ese agosto que todo el mundo quiere que llegue y que cuando por fin llega, el 75% de los impacientes suelta perlas del estilo: "Pues yo ya tengo ganas de que se acabe el verano". Mi respuesta es: "(corte de mandas)".
Esa gente no sabe valorar el tiempo ni las oportunidades. Ésos que desaprovechan las vacaciones (o que creen que las están desaprovechando) y aún no consideran como algo maravilloso levantarse y ver el sol por la mañana. No se despiertan con las ganas de descubrir qué les depararán las próximas 24 horas.
La idea no es irse de vacaciones a parajes paradisíacos o tener fiesta todas las noches. La idea es que se haga lo que se haga, se disfrute y se sienta cómo el interior se llena, se nutre y nace la magia de dicha felicidad. Una felicidad simple y pequeña pero muy grande.

Echar de menos un tiempo pasado significa que el pasado fue un buen tiempo y que se recuerda como algo maravilloso. Puede que no se recuerde cada instante, pero lo que nunca se va a olvidar es lo feliz que se fue en ése tiempo anterior.

Sólo puedo decir que estoy demasiado ocupada aprovechando cada momento del día. Así que lo siento ¡No tengo tiempo para aburrirme!

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Anarquía.

Queridos amigos, ya he perdido la cuenta de los meses que lleva este pobre blog abandonado. Estamos en Navidad y en vacaciones, lo cual me otorga la necesidad de avivar mi creatividad para quejarme de todo. Así que como suelo decir, aún estás a tiempo de salir de aquí y evitar el largo tostón que, como de costumbre, suelo meter.

Esta vez voy a tocar un tema que suele mosquearme demasiado la ignorancia con la que se suele comentar. Algo un poco utópico, bueno ¿Qué digo? Muy utópico. Es la Anarquía y es que estoy segura de que muchos de los que presumen de anarquismo por las calles no tienen ni idea de lo que eso conlleva. 

Hagamos una pequeña referencia de lo que quiero que os deis cuenta de a lo que me refiero con esto. Cito textualmente de un libro de bioquímica: 
"La entropía es la energía en un estado de anarquía o desorden, en cierto sentido es una energía inútil".
Lo cual, en cuanto a la palabra anarquía se refiere, la relaciona con los términos "desorden" e "inútil".

Ya no sólo en el lenguaje científico, cuando alguien oye "anarquía" acto seguido lo asocia a "caos", "rebelión", "destrucción"... Qué mala es la anarquía ¿No?.


Etimológicamente la palabra «anarquía» deriva del griego «ἀναρχία» («anarkhia»). Está compuesta del prefijo griego ἀν- (an), que significa «no» o «sin», y de la raíz arkhê (en griego ἀρχή, «origen», «principio», «poder» o «mandato»). La etimología del término designa, de una manera general, aquello desprovisto de principio director y de origen. Esto se traduce por «ausencia de apriorismo», «ausencia de norma», «ausencia de jerarquía», «ausencia de autoridad» o «ausencia de gobierno».

Ausencia de norma, jerarquía, autoridad y gobierno. Claro está que si sólo nos quedamos con esto y no sabemos interpretarlo rozando la esencia de lo que realmente significa, caeremos en el error.
En la sociedad anarquista, no hay forma de gobierno, ni leyes, ni fuerzas del orden pero porque no es necesaria su existencia. Cada individuo es lo suficientemente maduro, con una moralidad y conciencia social que le hace libre de necesitar una vigilancia perpetua que mantenga el orden general.

Muchos personajes presumen de ser anarquistas y "expresan" sus ideas haciendo pintadas y ensuciando las calles, quemando contenedores, rompiendo el mobiliario urbano, metiéndose en peleas... Pues siento ser así de clara, pero aquellos que dicen ser anarquistas cometiendo tales burradas pueden meterse su anarquismo por el ojete.

¿Qué es lo que pasa? Que como bien he dicho al principio, es una utopía. Tal cuál es la sociedad y en general, el ser humano, vivir en anarquía sobrepasa la línea de lo real.
En otras ocasiones ya he dicho esto. El hombre es un ser acomplejado, que aquello que le hace humano es la capacidad de pensar y que en lugar de sacar el máximo rendimiento a su inteligencia mejorando su entorno, lo destruye. Busca enriquecerse a costa de los demás y busca también verse poderoso despreciando aquello que pueda hacerle sombra.

¿Cómo vamos a poder vivir en una sociedad altruista, cooperativa, respetuosa y pacífica con todo esto? La respuesta está clara, es imposible. Lo único que podemos hacer es conocer, saber que esa moral, aunque no sea unánime muchos podemos adoptarla. Sabed que la mejor manera de aprendizaje es sirviendo de ejemplo y que si yo cumplo con mi deber, puede que los de  mi alrededor también lo hagan y así mismo los de su alrededor.
No podemos vivir en Anarquía porque no estamos capacitados para ello, por algo se dice que es una utopía, pero podemos mejorar la sociedad si nos aplicamos el cuento. Si cada uno de nosotros ponemos nuestro granito de arena y nos molestamos en no ser unos ignorantes. Si adoptamos cierta conciencia social altruista y cooperamos buscando el bien común, seríamos más humanos, o mejor dicho (ya que un poco antes he puesto al ser humano como un horrible egocéntrico), inhumano.



jueves, 20 de septiembre de 2012

¿Eres un completo idiota?

Sé que mi última entrada fue un poco una ida de olla... Más que nada fue porque ayer se cumplieron 42 años de la muerte del gran Jimi Hendrix y quise aprovechar mi pequeño homenaje para dedicar también a Janis Joplin y a Jim Morrison unos renglones.

Ahora dejaré a un lado las justificaciones e iré al grano.

Esta vez quiero escribir sobre la responsabilidad ("en todo su ser"). No sé si esto me pasará a mí solamente (espero que no). A la hora de tomar decisiones más o menos de peso, siempre trato de ir un par de pasos por delante, sopeso y mido las posibles consecuencias de cara a un futuro.
No sé si este hecho me implica otro grado de responsabilidad o simplemente un comedero de cabeza (like a bucle), cosa que por cierto, no es que sea muy agradable.

Voy a encauzar esto por donde realmente quiero dirigiros, puesto que no concibo este blog como una especie de diario personal a pesar de que otras personas puede que lo entiendan de este modo ya sea cualquier otra red social.

A la hora de hacer algo, debemos ser conscientes en primer lugar de la realidad de nuestro alrededor. No podemos tomar decisiones responsables si no tenemos en cuenta nuestro entorno, ya que no vivimos solos en el universo y prácticamente todo lo que hagamos les va a afectar a los demás. Creo que si nos consideramos personas maduras, con criterio y con cierto sentido del compañerismo y de la empatia, nos preocuparemos de que las decisiones que tomemos no influyan perjudicialmente en otras personas. Lo sé, muchas serán las veces que nos joda y nos quedemos con las ganas de hacer algo, pero realmente pienso que, si todo el mundo antepusiera el bienestar del de al lado al propio, este mundo sería un lugar mucho y repito, MUCHO, mejor de lo que es.
Si queremos ser personas maduras y responsables debemos tener un sentido empático con nuestro entorno.
 ¿Qué es lo que sucede? Que el verdadero problema del ser humano es el egoísmo desde el día en que nace. 
Un niño quiere un juguete de otro y directamente se lo quita, el otro se cabrea y ¡TOMA! pelea al canto.
En la adolescencia, planteemos la situación de la típica parejita de enchochados besucones. Bien, supongamos que el chico habla con otra chica que no es la novia y... ¡TOMA! a la pobre chavala que le ha preguntado que qué había de deberes le pone dos velas negras.
Un adulto en su oficina, ve que el nuevo que hace el mismo trabajo que él tiene dificultades para adaptarse al nuevo curro. ¿Qué pasa? Pues que ¿Para qué va a ayudarle? ¡Será mejor que le echen a él antes que a mí!
Un anciano en el autobús, todo el mundo le respeta (como debería ser). ¿Qué pasa? Pues que este anciano tiene muy asumida su prioridad y a parte de encontrarse mejor o peor físicamente que cualquier otro pasajero, él es el rey del bus. Sube el primero, baja el primero y lucha con garras y dentadura postiza por pillar el mejor asiento de todo el habitáculo.


¡Y todo esto que he dicho son cosas muuuuy normales entre los mortales! ¡Incluso se atreven a denominarlo como ley de vida!

Tras hacer este ligero repaso de la vida de un normal y corriente ser humano espero que hayáis notado el hincapié que he hecho en mostrar su egoísmo e insuplantable narcisismo. ¿Veis por donde van los tiros?

Por un lado tenemos la utopía, en la que todos somos buenos compañeros y responsables personas adultas. Y en la contraposición tenemos una fea realidad manchada con la necesidad de nacer para arrasar todo lo que se interponga en nuestro camino, ya sea un perro, una persona o un árbol. 
El modelo de sociedad en que vivimos, en esta puta civilización, se nos obliga a "matarnos" entre nosotros para ser los mejores y pobre del que no sea una máquina de competición, pues a este le lloverán hostias a panes vaya a donde vaya.
Por lo tanto, habréis podido observar que mientras "el hombre sea un lobo para el hombre" este Estado de Bienestar (y lo escribo con mayúsculas) es INALCANZABLE.

Principalmente os meto esta parrafada porque estoy muy harta de escuchar argumentos de algunos egoístas que les importa una mierda lo que le pase al resto del mundo siempre y cuando no le afecte a él y éstas cosa me repatean por dentro.

Todos sabemos que esta situación de crisis que nos está tocando vivir es una auténtica putada. Muchas familias no llegan a fin de mes y ni siquiera tienen la casa que empezaron a pagar y les quitaron porque se quedaron en el paro y no pudieron seguir con la hipoteca. Afortunadamente mis padres conservan su trabajo  y a pesar de los recortes y subidas ni a mí ni a mis hermanos nos falta de nada. Sin embargo no dejo de preocuparme por el niño que no puede comprarse los libros del colegio o la inmigrante que no puede permitirse una cesárea en caso de que se le complique el parto. No dejo de preocuparme por aquellos que a penas tienen para cubrir sus necesidades básicas, ni tampoco por el universitario que no encuentra un trabajo para subvencionarse los estudios que sus padres no pueden pagarle. Desgraciadamente, son muchas personas las que ahora se ven con la soga al cuello y sin embargo, los ignorantes de la vida que sólo se preocupan por sí mismos se rascan la barriga y se preocupan de mantener la flor en su culo.

Como conclusión final quiero haceros llegar a los que me estáis leyendo que tengáis en cuenta que está en nuestras manos y sólo en nuestras manos darle la vuelta a la tortilla, ya que los que supuestamente se encargan de mantener el orden y el bienestar de la gente son de esos ignorantes de la vida egoístas y prepotentes. Si todos aportásemos nuestro grano de arena podríamos construir una playa de responsabilidades, de respeto y de compañerismo, de personas maduras consecuentes de sus actos y preocupados por el bien de el de al lado. Que sepáis que nuestra libertad se acaba donde comienza la de los demás y que nadie, NADIE es más que nadie a pesar de las diferencias. Tened en cuenta una cosa, tendremos la suerte de encontrarnos con gente que merezca la pena, pero gente odiosa va a haber en todas partes. Por eso es imprescindible mantener la picardia necesaria para que los "competidores natos" no nos aplasten la integridad ni la humanidad, pero jamás olvidéis que ser responsables con el mundo siempre se reconocerá y agradecerá. 

Muchas gracias.




martes, 18 de septiembre de 2012

Listen and live.

Envuelta en la música... Cierro los ojos... Me dejo llevar, me abstraigo, mi cabeza se traslada a otra dimensión... La percepción de las cosas es algo diferente... Esas notas y esa guitarra nutre mi alma... Llego a un placer mental que solo ella me puede dar. Soy consciente de mi realidad e inconsciente de la que me rodea, solo estamos yo y ese pulcro y relajante gozo. Las preocupaciones han desaparecido y una sonrisa se me dibuja en la cara...


Un teclado característico y una voz que me habla y la escucho, esa voz. Esa poderosa voz, Jim, que me dice al oído "Come on, baby, light my fire. Try to set the night on fire, yeah". Quiero avivar ese fuego, quiero prender la noche. Todo  me gusta de lo que sale del altavoz. 

Realmente me siento bien... Joder, Jimi están haciendo el amor con esa guitarra y yo lo estoy presenciando, me están regalando un celestial sonido. me hace vibrar al son de su M U S I C A.  Es espectacular, es admirable, es incomparable, irremplazable, maravilloso, único, magistral, deseoso... 





Y ella, Janis, llego al éxtasis en uno de sus gritos... Como en "Summertime, time, time... time, the livin' is easy..." Todos sus sentimientos los estoy viviendo yo. En su día disfrutaron creando esta maravilla y hoy solo puedo escuchar la grabación de la misma, me siento afortunada a la vez que desafortunada, ojalá ninguno de ellos hubiera muerto tan joven. Ahora me dan paz. Gracias.



Vivir rodeados de alboroto, crisis, tráfico, humo, estrés y falsedades hace que los mortales necesitemos de vez en cuando una dosis de desconexión. Son millones las formas de llevarlo a cabo. Pero necesarias.



sábado, 18 de agosto de 2012

"Modales"

Según Word Reference (http://www.wordreference.com/definicion/modales), el significado de la palabra "modales" es el siguiente:
Modales: m. pl. Comportamiento habitual y ademanes externos que reflejan la educación de una persona.
Pues yo describiría el significado de la palabra como:
Modales: m. pl. Serie de comportamientos represorios y antinaturales impuesto por convenios sociales cuyo uso refleja una supuesta educación y procedencia de prestigio. 
 Comencemos.

Siempre que alguien dice la palabra modales me viene a la cabeza la imagen de la Señorita Rottenmeier intentando hacer de Heidi una señorita recatada y formal.
Dicen que quien no haya visto Dragon ball no ha tenido infancia... Pues yo no lo he visto, jamás he visto un capítulo de Dragon ball y quizás por eso ahora no hay quien me aguante.
Creo que la serie de la infancia es Heidi ¿Quién no ha visto nunca Heidi mientras desayunaba o simplemente, quién no conoce la historia?
Heidi no era más que una niña huérfana que vivía en Los Alpes con su abuelito, las cabras y Pedro en medio de la naturaleza. Allí, alejada de la contaminante mentalidad urbanita de la ciudad, Heidi vivía feliz y hacía felices a los demás con tan sólo su presencia. Sin embargo, cuando su tía la llevó a Fráncfort para ser la damita de compañía de Clara (minusválida y perteneciente a una familia importante de la misma ciudad), no le quedó otra que aguantar las estúpidas normas de la educadora de Clara, la señorita Rottenmeier.
Como resultado de las represiones de esta señora tan educada y con tantos modales hicieron de Heidi una niña deprimida y triste. No se le permitía protestar, vestir cómodamente, hablar alto, no ir estirada, correr, jugar...
Y todos conocemos que la historia no termina aquí, que finalmente al regresar a Los Alpes vuelve a ser feliz.

En fin, el motivo de esta entrada no es un resumen de la famosa vida de Heidi. Esto es un simple "prólogo" para que vayáis cogiendo el ritmo de lo que va la cosa. A lo que voy es a lo siguiente.

Los modales son algo que nos enseñan desde que somos niños. Tanto padres como profesores y otros familiares cercanos o no, han tratado hacer de sus chavales y chavalas unas personas con modales y educadas, lo que viene siendo, unos señoritos y señoritas.

Estos modales impuestos por la sociedad consisten básicamente en la apariencia de las personas: "buena" presencia con atuendo correcto (por supuesto también impuesto), vocabulario correcto (lo que viene a ser no decir palabras "mal sonantes" ni vulgarismos), codearse con gente también con modales (creando de este modo un conjunto elitista de inhumanas subnormalidades), no ir contra-corriente ni protestar (es decir, pertenecer a un sumiso rebaño) y otros comportamientos absurdos que no tienen razón de ser.
Es igual si se crean personas vacías por dentro, lo importante es que tengan una impresionante cobertura de modales.

La imposición de estos modales provoca en la gente la huía de todo tipo de propia personalidad ya que estas "normas" sociales son la guía que debemos seguir para ser personas respetables y de confianza, el que se salte las normas es un desviado, una mosca cojonera que "se queja de vicio".

Los únicos modales que deberían imponerse son los del respeto y la tolerancia.
Hay gente educadísima, perfectos señoritos y señoritas respetables, correctamente vestidos, con un vocabulario impoluto y que aceptan las normas por absurdas que sean, incluso las defienden y a la hora de la verdad no son más que niños y niñas reprimidxs convertidos en maniquíes que hacen lo que se les dice sin pensar si es lo correcto o no.
En casos extremos (que no son tan raros de encontrar), estos señoritos y señoritas tan "educados" son los que están dispuestos a hacer cualquier cosa por mantener "limpia" su imagen, esto les lleva a ser capaces de reprochar, despreciar, juzgar, humillar, insultar e incluso acusar injustamente a los de su alrededor y por supuesto, los educados son ellos.

Estos hipócritas, son los que nos dicen cómo debemos comportarnos sin respetar nuestra forma de ser, mentalidad, edad, problemas, situaciones, ideologías ni nada de nada.

Seré una maleducada, una anti-sistema, una borde, una quejica, una chabacana, una demente... Lo que quieran decirme que soy, pero yo tendré una cosa que ellos no tienen: Valor.
Valor a decir las cosas como las pienso.
Valor a comportarme como soy y no como dicen que he de comportarme.
Valor para hacerme respetar sin absurdos e hipócritas comportamientos.
Valor a decir a esa gente que critica a todos los que hacemos las cosas como creemos nosotros mismos que debemos hacerlas desde unos principios propios (no por ello menos respetables que los impuestos por absurdos y anticuados convenios sociales), que seguiremos defendiendo y escribiendo lo que nos salga del...


miércoles, 15 de agosto de 2012

Tiempo al tiempo.

De nuevo aprovecho agosto para retomar mi blog y despotricar contra el mundo.

Día a día, mes a mes y sobre todo año a año, todos y cada uno de nosotros experimentamos cambios, unas veces para hacernos más sabios, otras más idiotas y otras simplemente más viejos. Es ley de vida, irremediable e imparable.

Es normal, desde la infancia nos movemos en un mismo marco de gente, los compañeros del colegio. Unos vienen y otros se van, pero más o menos se mantiene un equilibrio hasta el momento de la diversificación. A punto de acabar, cada uno elige su camino, surgen diferencias de intereses e ideológicas cada vez más pronunciadas, por decirlo de alguna manera, cada uno ya ha elegido más o menos cuál va a ser el cauce que encaminará su vida.

Ya en otro marco más cercano, en un mismo grupo de amigos se marcan cada vez más diferencias. Que si uno se echa novia, que si el otro se va a estudiar fuera, que si el otro descubre un nuevo ambiente que le gusta más... Miles son los motivos para acentuar las divergencias.

Y entonces llega el momento en el que te ves solo ante un mundo en constante cambio,  ya no un mundo, si no un entorno. A tu alrededor has visto a muchas personas que igual que han llegado, se han marchado de tu vida y unas veces nos importa pero otras... Otras veces nos importa un bledo, incluso nos alegramos de que se larguen.

Y esto es lo más normal, si no lo hemos vivido aún, ya lo viviremos. Pasa día a día y ni siquiera nos percatamos de los múltiples cambios que se dan a nuestro alrededor y creemos que nosotros mismos permanecemos inmóviles en estas constantes variaciones, pero no. Quizás nosotros hemos cambiado antes que el resto y por eso nos damos cuenta del antes y del después de los demás. Quizás somos nosotros los que estamos en proceso de cmabio. Es deprimente, porque perdemos a la gente que nos importa, pero o nos adaptamos a esta ley de vida o nos quedamos atrás. Si nos estancamos, no progresamos. No podemos tratar de permanecer inamovibles, es cuestión de supervivencia, y es duro ver cómo los demás dejan de ser la gente que conocimos.

La cuestión es que estamos solos ante el mundo y que, como Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Con esto quiero decir que, Cada uno va mirando para sí mismo, a ver qué le conviene o no, cada vez somos más egoístas y menos altruistas, los intereses de los demás nos importan cada vez menos. Hacemos algo si para nosotros supone un beneficio, pocos son los que practican la empatia.

Probablemente, nada más leer este último párrafo muchos se pondrían a despotricar y a gritar como posesos: "NO, YO NUNCA HARÍA UNA COSA ASÍ!!!!" Pues todo aquel que haya pensado una cosa parecida no es más que un hipócrita, porque en la naturaleza huma está como tendencia principal el egoísmo y sobre todo no reconocerlo. Unos lo son más que otros pero, ¿Quién va a tener más razón que nosotros? Rara vez aceptamos nuestros errores y vivimos para fijarnos en los errores de los demás.


Solo digo que si en vez de gastar toda esa energía que gastamos en ser críticos con las actuaciones de los demás la gastáramos en criticarnos a nosotros mismos  e intentar hacer mejor las cosas, lo único que haríamos sería simplemente lo mejor, pero claro, aquí todos somos muy orgullosos como para reconocer que nos hemos confundido.

Creo que el origen de este gran problema de la humanidad reside en que no sabemos escuchar al que está hablando. Además es típico español la ley del más fuerte, "quien más grita es el que más razón tiene". Esto se traduce en una falta de respeto impresionante.
Constantemente me hago la misma pregunta: ¿Cómo pretendemos ser críticos y además tener la razón si ni siquiera somos capaces de escuchar lo que la persona con la que debatimos está diciendo?

Luego me voy a la televisión, programas que todos hemos visto o hemos oído hablar alguna vez, reinan los gritos y en algunos casos (normalmente cuando más deficientes son las personas que están hablando) insultos al oponente. Esa gente que está hablando en un plató y gritando, en su gran mayoría una sarta de sandeces, son "ejemplares" para los espectadores. ¡Y nos quejamos de que somos como borricos que no sabemos debatir y nos tiramos de los pelos!



Conclusión: Cada vez que creemos ser más sabios, somos más idiotas. Me gustaría resaltar la siguiente cita:
Con el tiempo adquirimos sabiduría, pero no por ello dejamos de ser unos ignorantes.
Sé que con mis entradas no conseguiré acabar con la prepotencia de la humanidad, pero espero que aquellos que me lean sepan:
Si piensan como yo, que no son los únicos, que somos muchos los conscientes de que el ser humano necesita un cambio de mentalidad para que de verdad avancemos como especie.
Si por el contrario, se oponen a mi postura y sin embargo me han leído hasta el final, que existen otras formas de ver las cosas y no por ello tienen por qué ser menos respetadas, que al no tenerme de frente hablando no pueden callarme con otros argumentos, que aunque no quieran que sea escuchada, al menos nadie me va a callar y que por supuesto, al igual que yo he hecho este 15 de agosto, vosotros podéis plantear vuestro modo de ver esta misma situación.

Solo pido una cosa y espero que sea respetada, ante todo debemos ser tolerantes y tener siempre en mente que nadie es más que nadie, que todos tenemos una cabecita que piensa y cada cabeza es única, por lo tanto ninguna va a pensar igual, así que repito: Tolerancia y respeto ante todo.



martes, 7 de agosto de 2012

Esclavos de la propiedad.

Hace meses que escribí mi última entrada. Esta vez vengo con aires renovados. Regreso con más ganas de quejarme de todo que nunca, con más tiempo que de costumbre y dispuesta a darle caña a El Esquinazo.

Y para hacer más amena la parrafada, esta vez he decidido incluir un poco de música inspiradora, para las mentes inquietas:


Ahora rozaré aquello que amamos, aquello sin lo que no podemos vivir y sin embargo no necesitamos. Sé que muchos criticarán mi postura. Yo plasmo aquí mis pensamientos y al que no le guste, que escriba los suyos en otro blog, que para eso están.

Y bien, empecemos:

Una casa, uno o varios  automóviles, ordenadores, montones y montones de ropa, cosméticos para la cara, las uñas, los pies, las manos y el pelo, videoconsolas, un reproductor DVD con grabador y disco duro de un millón de gigas, 80 canales de televisión y de los cuales solo vemos uno, muebles suizos, un colchón viscolatex y muelles de "nosequé", una amplia gama de bollería industrial para consumir en cualquier momento y en cualquier lugar, bebidas alcohólicas, pastillas para todo tipo de molestia, anabolizantes y esterioides, transgénicos, un bolsito y unos zapatos de cada color para cada día de la semana, estilistas y modelos, cadenas de comida basura, publicidad por doquier, revistas del corazón, joyas, pieles, dinero, consumismo  CONSUMISMO Y MÁS CONSUMISMO!!

Pertenecemos a aquello que nos pertenece. ¿Quién se imagina vivir sin ordenadores ni dispositivos electrónicos? ¿Y sin agua caliente y corriente eléctrica? ¿Nada más que lo realmente esencial para vivir?

Cada vez que adquirimos un "bien", nos hacemos con "otro mal", nos volvemos menos autosuficientes y  más inútiles. Cuanto más poseemos, más esclavos somos. Hoy en día, tal y como es nuestro estilo de vida somos incapaces de desprendernos de todo aquello que nos sobra y ser libres, libres de necesitar y necesitar, de gastar y gastar.

La cosa no solo consiste en adquirir y adquirir, no. Para que todo esto funcione tenemos que vestirnos, peinarnos, maquillarnos y asearnos "como es debido" para poder gustar a la gente, estamos obligados a ello para ser aceptados por los demás. Inconscientemente lo usamos de medicina social. Sin una buena apariencia no nos contratan en un buen trabajo, trabajo que hacemos para ganar dinero, dinero que cambiamos para poder tener toda esa serie de cosas inútiles que nos hacen trabajar más porque necesitamos más dinero y algún día nuestro cuerpo no nos permitirá seguir desempeñando ese oficio para el cual necesitamos esa buena apariencia y ese buen físico.

Junto a estas exigencias se encuentra el mundo de la publicidad. Los vendedores se encargan de hacer creer a los consumidores que necesitan sus productos, hasta el artículo más absurdo que podamos imaginarnos. Nos venden con logotipos, fotos y personas guapas y atractivas según los cánones (que por supuesto los hay para todo en este mundo). Trampas, redes en las que caemos siempre.

Por otra parte está la aplastante cruel inconsciencia de nosotros mismos. Para ser felices nos tenemos que sentir aceptados dentro de un grupo, para lo cual nos vestimos, peinamos, maquillamos y aseamos "como es debido". Al igual que para encontrar un trabajo, esto lo hacemos para gustar a la gente y encontrar amigos. Así volvemos al tema de la esclavitud de lo que poseemos.

Otra cosa, los horarios. Estamos obligados a planificar cada segundo de nuestras vidas. Corregimos el desorden, imponemos el orden o lo que nosotros decimos que es el orden, que no es otra cosa que algo artificial distinto a lo que de forma natural ocurre, el "caos".

Una cosa está clara: el dinero es efímero, nuestra ambición insaciable y la vida muy corta.
Un bucle, la boca del lobo... "El que entra en el círculo, no sale".

Las ciudades son jaulas humanas. Vivimos apilados unos encima de otros en casas grises sobre calles asfaltadas por las que circulan vehículos que sueltan humo y contaminan el aire que necesitamos para vivir, donde los únicos pájaros que quedan son palomas y algún que otro gorrión.
Por las noches las estrellas son invisibles y la luz de la luna un mero destello entre las farolas.
En las calles solo se ven sombras que se desplazan de un lugar a otro con una destino fijado y unas horas marcadas.
Invadimos nuestras playas y otros recursos naturales de explotaciones tanto comerciales como de producción e industria.
Competimos por ser los mejores en todo, no aceptamos ser los segundos ni mucho menos los terceros. Otra ambición más, poseer más, trabajar más, vivir menos y menos libertad.

La ciudad es destrucción, captura, imposición, aislamiento, competición, sumisión, esclavitud, consumismo, necesidades...


¿Os imagináis poder ser capaces de hacer cualquier cosa? ¿De no depender de nada ni de nadie para ser uno mismo? ¿De saber desenvolverse en cualquier tipo de situaciones? Pues eso se hace fuera de la urbe.

Ver una montaña y pensar ¿Por qué no subirla? y ya en la cima gritar y jugar con el eco de la voz, disfrutar de la brisa y ver cómo los pájaros vuelan aún por encima de tu cabeza. Adentrarse en el bosque y observar el comportamiento de los animales, escuchar el fluir de las aguas de un río, disfrutar de la lluvia, de cómo cae empapándote el cuerpo y ese olor que que deja... Bañarse desnudo en un lago. Que no sea necesario nada más que la luz de la luna para ver en la oscuridad de la noche, Contemplar todas y cada una de las estrellas de la vía láctea...

Hay tantísimas cosas que nos perdemos por ser tan señoritos que se nos ha olvidado de dónde procedemos.

Maltratamos nuestros orígenes con nuestras impertinencias, niños mimados de la ciudad.

Podríamos ser un poco más libres, pero nadie está por la labor y como bien he dicho antes, quien entra en el círculo, no sale.









domingo, 20 de mayo de 2012

Conformismo 0.

Una vez más cojo el teclado para referirme a este estado de indignación que esta sociedad actual me obliga a adoptar.

Somos gente, personas que viven su día a día, con sus problemas y necesidades. Somos personas con una educación por parte de profesores y padres, muchos de los cuales han tenido que sacrificarse y privarse de muchas cosas para que recibamos una buena educación y tengamos un futuro digno. ¿Cuántas veces nos habrán dicho papá y mamá que hagamos los deberes? ¿Cuántas broncas nos habrán echado por no tomarnos las cosas en serio o por no estudiar para un examen? Quieren hacer de sus hijxs personas cultas, responsables y con criterio. Que todo lo que han luchado por ello dé sus frutos en el futuro.

¿Qué es lo que pasa? (Situémonos en el tiempo y en el espacio).
Estamos en el 2012, año de recesión, crisis, privatización y presión social. Año duro, ya no solo por esta decrépita situación económica. Gracias al gobierno que "hemos elegido", el cual tenía un programa electoral que al parecer a la gente le resultó muy bonito y muy prometedor, todo lo que nuestros padres han luchado por nosotrxs no habrán sido más que esfuerzos en vano.

¿Por qué?
Para ellos somos ganado, un pueblo al que hay que enfrentar y complacer. Con enfrentar y complacer me refiero a cosas como:

-¿Que estamos en época de crisis? Pues vamos a hacer el puente de San Pedro Regalado más caro de la historia. Gastémonos un dineral en traer toreros famosos y a regalar entradas para así fomentar la tauromaquia. Y así con esto conseguimos un enfrentamiento entre ciudadanos a favor y en contra de los hechos para que se mantengan entretenidos mientras cerramos la escuela de música (por ejemplo) porque no hay dinero suficiente.

-¿Que es 12 de mayo y se celebra el aniversario del 15M con una manifestación en contra de las medidas que se están tomando para "salir" de la crisis? No hay problema, como han adquirido permisos para permanecer en la Plaza Mayor de Valladolid como máximo hasta las 12 de la noche, vamos a montar un escenario bien grande y bien potente para que a las 9, que es cuando los manifestantes llegan a la Plaza Mayor, la Tuna nos tape los gritos de esos "perroflautas toca-narices" y que no se les oiga quejarse.

Y espero que se haya notado bien el tono sarcástico con que, por lo menos, yo lo he pensado mientras redactaba.

Esto no son más que dos ejemplos de la forma de actuar que tiene nuestro "querido y amado" alcalde. Muestra de lo que le importamos los habitantes de Valladolid. Pero esto también se extiende a nivel nacional. No hace falta nada más que un "clásico" Barça-Madrid (lo cual ya nos cuesta una millonada, pero no importa, ya que lo pagan ellos de sus impuestos) para mantener entretenidos y enfrentados a los tontos de los ciudadanos (pobres ingenuos) mientras les recortamos los servicios públicos para salvar nuestros preciados sueldos y privilegios.
(Obvio el sarcasmo, de nuevo)

¿Y cuáles son estos servicios públicos que nos están recortando?
Pues queridos lectores, nos privan de nuestro futuro, de tener una vida estable y de infinitas comodidades que con el paso de décadas, tanto les ha costado a nuestros padres y abuelos conseguir.

La educación en España ahora va a ser un privilegio a lo que muchos no van a poder optar.
A muchas familias obreras les supondrá verdaderamente un gran sacrificio poder proporcionar a sus hijxs unos estudios superiores como es una carrera. Gente que de verdad vale, que tiene vocación, ganas y se entusiasma por ser ingeniero, médico, arquitecto, informático, químico, o cualquier otra cosa, no va a poder permitirse pagarlo, ya que las medidas del sistema son "anti-nosotros" (eso sí, es importante fomentar la tauromaquia, pero los estudios universitarios no, que cuesta mucho dinero).

(Os dejo aquí el enlace de la calculadora de tasas http://consejo-eps.uco.es/tasazo/ ).


Y aún así, todavía queda algún inconsciente que diga: "Pues si no puede pagárselo, que sus padres trabajen más". A lo que yo contesto: "Y una polla".

Somos el futuro. Se debería invertir en nuestra educación, somos los trabajadores del futuro, los médicos, los ingenieros, los arquitectos... Es nuestra generación la que el día de mañana tendrá que tomar las riendas de este país. Pero parece que es más interesante que la ciudad esté bonita y se construyan "Cúpulas del Milenio" que darán trabajo a unos pocos durante poco tiempo.

El palo que nos están metiendo a la juventud (y a la gente obrera en general) es vergonzoso. Se ríen de España, pero es que hasta nosotros nos reímos. Nos reímos por no llorar, se están cargando lo único bueno que teníamos.

¿Qué deberíamos hacer?
Las cosas no se hacen por arte de magia. Para que algo suceda ha de darse un motor que inicie la marcha. Y ese motor lo somos todxs.

Otra cosa, típica de aquí es la comodidad, el "¿Para qué vamos a hacer una huelga? si no vamos a conseguir nada", o "¿Es que vamos a salir a la calle a manifestarnos para que nos hagan caso omiso?". Es mucho más fácil que nos lo den todo hecho, sin complicaciones. Tumbarse en el sofá esperando a que las cosas se solucionen solas es "genial" ¡Claro!.

Estas actitudes son las cadenas que no nos permiten desplegar las alas como unidad, el CONFORMISMO, que está muy de moda.

Lo único que está en nuestras manos es luchar. Distintos corazones unidos por un fin común. Hemos de dejar atrás las diferencias y mirar no sólo por nosotrxs, si no mirar por nuestro compañero de al lado, por nuestros vecinos, nuestros hermanos, por las futuras generaciones y por las pasadas (que sus esfuerzos no hayan sido en vano). Comerse el egoísmo de "Yo no tengo tal, pues tú tampoco" y adquirir un "Yo no tengo tal, pero si tú y yo nos unimos, podremos salir ambos beneficiados". Tener consideración, criterio y consciencia de la realidad.

Por eso hago un llamamiento de mentes desesperadas como la mía, para cambiar "el chip" y comprometernos con un futuro que si no lo trabajamos ahora, perderemos y no podremos recuperar.


martes, 1 de mayo de 2012

Y tú ¿Qué quieres?

Nacer, crecer, estudiar, tener un oficio, trabajar, jubilarse, morir.
Este es el nuevo esquema de las funciones vitales del ser humano. Penoso ¿Verdad? Parece como si alguien se hubiese dedicado a dirigir nuestra vida cual rebaño de ovejas...

Todxs lxs frustradxs tenemos dos opciones en esta vida.
1- Elegir el camino de la amargura
2- Elegir el camino de la amargura deseada.
Ambas opciones, como bien deducible que es, amargan la existencia.
Si tomamos el primer camino dedicaremos nuestra vida a algo que no nos gusta, que no nos motiva, que destruye nuestras ilusiones y esperanzas, que NO hemos elegido por otra razón distinta de vernos obligados a "ser alguien" en este patético mundo circense.
Si nos guiamos por la opción numero 2, pasaremos una temporada de esplendor emocional, nos encontraremos en plena realización personal, con ánimo, esperanza y motivación. La dicha no es más que una fugaz estela de felicidad pasajera, pues no encontraremos un lugar en esta sociedad, esto no nos servirá para "ser alguien" en este patético mundo circense.

Da la impresión que el futuro de los jóvenes idealistas que sueñan con romper los esquemas de lo establecido se encuentra coartado por todas partes. Aquellas alas de libertad, bellas alas que nos permitirían levantar vuelo... Son esas alas atadas, rotas, arrancadas por la desolación.
Resulta que ahora quien no encuentra motivación en lo que está obligado a hacer para "ser alguien" (en este patético mundo circense) es un ni-ni, un estorbo, un cero a la izquierda, un inútil.
Escribir estas palabras que leeréis en breves instantes me duele como puñaladas. Este no es mundo para la creatividad. Aquí o eres una máquina, o estás perdidx.

Por eso os digo. cerebros inquietos, mentes creativas, salid a la luz, descubríos ante este decrépito mundo que nos venden unos ojos enfermos. No todo lo útil nos hará felices ni todo lo que nos haga felices será útil... Pero si decidimos decantarnos por la utilidad en exclusiva, no encontraremos la estela de la motivación, y estaremos condenados al fracaso.
Los sueños, sueños son y son los sueños los que nos hacen vivir, pues no es lo mismo vivir soñando que vivir durmiendo simplemente. No debemos perder los sueños... Mejor dicho, no debemos dejar que nos los roben.
La vida es una lucha constante que hemos de librar batalla a batalla, golpe a golpe, derrota a derrota y por esta razón, es de bien saber que nunca es tarde para levantarse de nuevo, para comenzar otra vez.

Nacemos para dedicarnos a vivir nuestros sueños, emprender las alas y omitir a las malas lenguas.
Nacemos para ser nosotrxs mismxs.